Como todos los años, la alfombra roja del Teatro Kodak volvió a convertirse en una pasarela de alta costura en la que ninguna invitada escatimó en detalles, a pesar de la crisis galopante que obliga a los americanos a contar hasta el último centavo. Pero ayer el brete económico se tomó un respiro y dejó que el glamour desfilara con los hombros al descubierto. Los escotes 'palabra de honor' -también llamados 'strapless' por los expertos en moda- se repitieron sin cesar, y los colores claros, sobre todo el blanco y el gris, predominaron frente a unas cuantas 'atrevidas' entre las que destacaron una fantástica Freida Pinto y una siempre elegante Natalie Portman, que optaron por el azul fuerte y rosa chicle, respectivamente.
Sin lugar a dudas, el vestido de Penélope Cruz fue de las mejores elecciones de la noche. La joven de Alcobendas demostró que se puede ser de barrio y tener estilo, y aunque nadie esperaba menos, volvió a dejar a los críticos con la boca abierta.
Para la ocasión eligió un vaporoso vestido color crema, 'vintage', con incrustaciones de pedrería diseñado hace sesenta años por Pierre Balmain. Como una auténtica princesa, la española lució al más estilo 'top' el diseño palabra de honor que bien podría haber elegido en su época Audrey Hepburn. La Cruz se cortó el flequillo, se hizo un moño y con joyas de diamantes de Chopard valoradas en casi tres millones de dólares subió a recoger su Oscar.
Sin llegar a la elegancia de nuestra 'Pe', también fueron afortunadas con su elección Anne Hathaway -que desfiló un vestido de Armani de color champán, con los hombros al descubierto y silueta de sirena-, Taraji P. Henson y Sarah Jessica Parker que optaron por el blanco reluciente al más estilo novia. Kate Winslet se presentó en un estilo retro que acompañó con un peinado hacia atrás que le hacía parecer mayor, aunque su vestido de seda asimétrico de Yves Saint Laurent fue una elección «original» para la revista 'People' y «muy elegante» para MTV.
Pacto con el tiempo
A quienes el tiempo no parece hacerles mella es a Sophia Loren y a Meryl Streep. La italiana eligió el color dorado y una gargantilla, mientras que la de Nueva Jersey se decantó por un traje tan sofisticado como elegante en verde oliva de Alberta Ferretti, con los hombros al descubierto y una tela drapeada. Marisa Tomei llegó con un vestido lleno de pliegues tipo abanico y una gran cola que no contó con el visto bueno de la crítica, que la calificó como una de las estrellas más extravagantes de la gala, aunque la palma se la llevó la cantante Beyoncé Knowles, que parecía envuelta en papel de regalo con su vestido de flores doradas.
Pero si alguien dio la nota, ese fue Mickey Rourke, que decidió cortar con la tradición del traje negro y se disfrazó de 'dios sabe qué'. Quien optó por el clásico negro de arriba a abajo fue un concienciado Sean Penn, aunque las camisas blancas y las pajaritas o corbatas oscuras se repitieron sin descanso. El negro fue la elección de Angelina Jolie y Brad Pitt, la pareja más esperada de la noche. El único toque de color lo puso la actriz protagonista de 'El intercambio' con unos pendientes verdes y un anillo del mismo color de Lorraine Schwartz.
Los collares también fueron tendencia en la ceremonia, entre los que destacaron los diseñados por Fred Leighton que utilizaron Amy Adams y Taraji P. Henson.
miércoles, febrero 25, 2009
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