jueves, diciembre 04, 2008
Prefiero pedir perdón que permiso
Cuando a uno le toca tan de cerca es difícil acertar y saber qué decir cuando alguien a quien querías de corazón se va sin despedirse. Hace ya unos cuantos días que Juan José Calvo se fue a Guatemala para, de alguna manera, quedarse allí para siempre. Así lo quiero pensar cada vez que me recuerdo como ocurrió todo. Como ha trascendido a los medios no cuento nada nuevo al decir que el helicóptero en el que viajaba junto a tres grandes amigos se estrelló y que ninguno de los cuatro consiguió sobrevivir. De Virgilio Casado y de José Luis Briz se publicaron sendas semblanzas de lo que había sido su vida y de Juan José pequeñas pinceladas. En su día no tuve fuerzas para contar a todo el que quisiera leer, que Juan José fue una de las mejores personas que he conocido jamás. Siempre atento a que nunca faltara nada a nadie. Siempre sonriente, siempre de buen humor. Siempre con un gracias en la boca y una invitación por delante. Juan José fue, es, una gran persona. Parece que cuando alguien se va siempre se dice lo mismo. En esta ocasión no se dice por decir. Se dice porque lo fue, porque lo es. Ahora, cuando descansa para siempre en su Espinama natal, prefieron pensar que sigue en Guatemala, que se fue a pasar una larga temporada. Pero veo a Pili, a Rosa, a Juan Ramón, a Cheli, a Apio, a Isaac y me doy cuenta de que el vacío es tan grande que sólo de pensarlo me ahoga. Fuiste y eres grande. Esta vez me adueño de tu frase: “Prefiero pedir perdón que permiso” para que desde donde estés no me riñas por darte el protagonismo del que siempre huiste para cederlo a quienes estábamos a tu lado.
miércoles, septiembre 17, 2008
martes, septiembre 09, 2008
cadena perpetua para los pederastas
Cadena perpetua. Eso es lo que yo aplicaría a cualquier animal de los que se pasea entre los humanos y que destroza la vida de un niño a cambio de unas chucherías. Leo perpleja el listado de los abusos que el pederasta de El Astillero ha cometido durante tres décadas y que su última diversión fue a cuenta de una pequeña de seis años pocos días después de salir de prisión. Durante años, los únicos descansos que este individuo dio a los menores eran las temporadas que pasaba en la cárcel, donde probablemente hacía cábalas de los días que le quedaban para poner un pie en la calle y volver a las andadas.
¿De verdad que alguien cree que este hombre merece otra oportunidad? ¿De verdad que no hay un juez o un órgano competente que haga que Fernández Arnáiz pase los días que le queden entre rejas? Probablemente después de esta ‘Marea’ haya quien me tache de radical, de políticamente incorrecta o me piropee con cualquier calificativo propio de los que tienen una patata por corazón. No me valen las explicación que algunos dan cuando dicen que los pederastas son personas enfermas. No entiendo que alguien sea capaz de explicar a un tribunal que Fernández Arnáiz es un pobre hombre que padece un trastorno de tipo parafílico, que no controla sus impulsos, que no ha asumido las reglas sociales y que tiene un coeficiente intelectual bajo. No me parece razonable que por estos motivos se considere que este ‘pobrecito’ no es responsable de sus actos. Si realmente creen que no sabe lo que hace, ¿por qué no lo ingresan en un centro? Parece más fácil dejarlo suelto en la calle y que muerda al que le toque.
No me sirve que digan que una vez que han pagado por lo que han cometido pueden salir a la calle a vivir como tú y como yo. Ante esas justificaciones absurdas se me ocurre invitar a todas esas personas a que se lleven a los pederastas a vivir a sus casas con sus hijos, sus primos o sus sobrinos. Sólo espero que no vuelva a ocurrir lo que le pasó a Mariluz para que alguien se lleve un tirón de orejas.
¿De verdad que alguien cree que este hombre merece otra oportunidad? ¿De verdad que no hay un juez o un órgano competente que haga que Fernández Arnáiz pase los días que le queden entre rejas? Probablemente después de esta ‘Marea’ haya quien me tache de radical, de políticamente incorrecta o me piropee con cualquier calificativo propio de los que tienen una patata por corazón. No me valen las explicación que algunos dan cuando dicen que los pederastas son personas enfermas. No entiendo que alguien sea capaz de explicar a un tribunal que Fernández Arnáiz es un pobre hombre que padece un trastorno de tipo parafílico, que no controla sus impulsos, que no ha asumido las reglas sociales y que tiene un coeficiente intelectual bajo. No me parece razonable que por estos motivos se considere que este ‘pobrecito’ no es responsable de sus actos. Si realmente creen que no sabe lo que hace, ¿por qué no lo ingresan en un centro? Parece más fácil dejarlo suelto en la calle y que muerda al que le toque.
No me sirve que digan que una vez que han pagado por lo que han cometido pueden salir a la calle a vivir como tú y como yo. Ante esas justificaciones absurdas se me ocurre invitar a todas esas personas a que se lleven a los pederastas a vivir a sus casas con sus hijos, sus primos o sus sobrinos. Sólo espero que no vuelva a ocurrir lo que le pasó a Mariluz para que alguien se lleve un tirón de orejas.
jueves, septiembre 04, 2008
un zapato en la autovía
Esta mañana he visto un zapato en el arcén de la autovía. Iba conduciendo tranquilamente, escuchando música y lamentando tener que ir a trabajar en un día propio de playa después de unas vacaciones lluviosas. Pero a partir de ver ese zapato dejé de pensar en mi mala suerte meteorológica y empecé a hacer cábalas sobre el porqué de aquel trozo de cuero sobre el asfalto. Intenté pensar que quizá un copiloto decidió poner los pies al aire sacando una pierna por la ventanilla y que el zapato decidió saltar al vacío Pero al tiempo que imaginaba esta situación absurda asumía el hecho de que la posibilidad de que aquel chisme estuviera allí tirado tenía más tintes trágicos que cómicos. La idea de que el dueño estuviera, con suerte, sólo magullado me hizo recordar uno de los últimos anuncios de la Dirección General de Tráfico en el que un hombre en silla de ruedas consigue encoger el alma de los espectadores para después levantarse y decir que sólo es un actor.
En esas iba yo cuando de repente un todoterreno me adelantó haciendo temblar mi coche. Miré la aguja y comprobé que mi velocidad no superaba los 100 kilómetros por hora y cuando volví a mirar hacia delante, el que me adelantó se había desintegrado en el aire como el DeLorean de 'Regreso al futuro'. Reconozco que, con cierta maldad, deseé que ojalá hubiera un control de la Guardia Civil un poco más adelante que le hubieran pillado y puesto una multa con la correspondiente retirada de carné. Pero no.
Y de repente recordé aquel zapato. Sentí un escalofrío, comprobé que mi cinturón estaba bien puesto, apagué la radio, agarré fuerte el volante y seguí conduciendo. Intenté concentrarme en la carretera con todos los sentidos. Adelanté a un coche en el que una mujer iba dándose la vuelta regañando a dos niños pequeños que jugaban en sus correspondientes sillitas; a una furgoneta en la que un hombre intentaba doblar un mapa mientras hablaba por teléfono y a otra mujer que, pegada al volante, no superaba la velocidad mínima permitida. Cuando aparqué, respiré. Ojalá el dueño del zapato esté bien.
En esas iba yo cuando de repente un todoterreno me adelantó haciendo temblar mi coche. Miré la aguja y comprobé que mi velocidad no superaba los 100 kilómetros por hora y cuando volví a mirar hacia delante, el que me adelantó se había desintegrado en el aire como el DeLorean de 'Regreso al futuro'. Reconozco que, con cierta maldad, deseé que ojalá hubiera un control de la Guardia Civil un poco más adelante que le hubieran pillado y puesto una multa con la correspondiente retirada de carné. Pero no.
Y de repente recordé aquel zapato. Sentí un escalofrío, comprobé que mi cinturón estaba bien puesto, apagué la radio, agarré fuerte el volante y seguí conduciendo. Intenté concentrarme en la carretera con todos los sentidos. Adelanté a un coche en el que una mujer iba dándose la vuelta regañando a dos niños pequeños que jugaban en sus correspondientes sillitas; a una furgoneta en la que un hombre intentaba doblar un mapa mientras hablaba por teléfono y a otra mujer que, pegada al volante, no superaba la velocidad mínima permitida. Cuando aparqué, respiré. Ojalá el dueño del zapato esté bien.
lunes, julio 28, 2008
MAREAS
Siguiendo la recomendación de mi amigo Sergio (www.diariodecontextos.blogspot.com) y ante el poco tiempo del que dispongo para actualizar mi blog, iré incluyendo varios de los comentarios que publico en El Diario Montañés.
Este es el último:
LA DESHONRA DE LOS QUE APARENTAN
A estas alturas de la vida creo que lo de menos es ser homosexual, transexual o heterosexual. Lo que debería importar a esos que se llevan las manos a la cabeza y critican por lo 'bajinis', es si Fulanito es buena persona o no. Eso, al fin y al cabo, es lo que nos hace humanos. De nada sirve que un hombre o una mujer que se dicen 'normales', vayan dando 'coces' a las buenas personas que han encontrado la felicidad amando a alguien de su mismo sexo. No se es más persona por estar casado y tener hijos, si a éstos o a los de enfrente no se les respeta.
Y todo esto viene a colación de la situación que atraviesa un matrimonio de Santander de esos de toda la vida que aparentan ser lo que no son. Pero la seriedad y rectitud que siempre han mostrado de puertas hacia fuera, se les ha ido al garete al saber que uno de sus hijos ha 'cruzado de acera' y que vive feliz con su pareja en otra ciudad. Se fue de aquí porque tenía miedo de ser juzgado y después de años de mentiras ha decidido venir a pasear su amor por El Sardinero. Además, el viaje serviría para contar a su familia sus grandes logros profesionales.
Pero los padres del joven en cuestión no sólo le han despreciado y amenazado con dejarle sin más herencia que un saco de gritos, sino que lo más suave que le han dicho es que se avergüenzan de haberle tenido y se arrepienten de haberle dado la mejor educación para esto. A la madre, por lo que me cuentan, le dio un ataque de ansiedad, y al padre se le agravaron sus problemas coronarios («Con lo delicado que está», le riñen sus hermanas). Menudo disgusto. Menuda deshonra. Mejor hubiera sido tener en casa a un 'palanca' de los que viven de sus padres hasta que lo hacen de sus hijos. Mejor hubiera sido tener un hijo que se casara con 'Menganita' de la familia de los 'Citanitos' con la que nunca podría llegar a ser feliz porque eso sólo lo saben ellos. Lo que fuera antes de tener un hijo homosexual. Dónde vamos a parar. Y después de dejar a su hijo y a su pareja con las maletas en la puerta y el corazón encogido, este matrimonio se apresuró para no llegar tarde a misa de siete y media.
Este es el último:
LA DESHONRA DE LOS QUE APARENTAN
A estas alturas de la vida creo que lo de menos es ser homosexual, transexual o heterosexual. Lo que debería importar a esos que se llevan las manos a la cabeza y critican por lo 'bajinis', es si Fulanito es buena persona o no. Eso, al fin y al cabo, es lo que nos hace humanos. De nada sirve que un hombre o una mujer que se dicen 'normales', vayan dando 'coces' a las buenas personas que han encontrado la felicidad amando a alguien de su mismo sexo. No se es más persona por estar casado y tener hijos, si a éstos o a los de enfrente no se les respeta.
Y todo esto viene a colación de la situación que atraviesa un matrimonio de Santander de esos de toda la vida que aparentan ser lo que no son. Pero la seriedad y rectitud que siempre han mostrado de puertas hacia fuera, se les ha ido al garete al saber que uno de sus hijos ha 'cruzado de acera' y que vive feliz con su pareja en otra ciudad. Se fue de aquí porque tenía miedo de ser juzgado y después de años de mentiras ha decidido venir a pasear su amor por El Sardinero. Además, el viaje serviría para contar a su familia sus grandes logros profesionales.
Pero los padres del joven en cuestión no sólo le han despreciado y amenazado con dejarle sin más herencia que un saco de gritos, sino que lo más suave que le han dicho es que se avergüenzan de haberle tenido y se arrepienten de haberle dado la mejor educación para esto. A la madre, por lo que me cuentan, le dio un ataque de ansiedad, y al padre se le agravaron sus problemas coronarios («Con lo delicado que está», le riñen sus hermanas). Menudo disgusto. Menuda deshonra. Mejor hubiera sido tener en casa a un 'palanca' de los que viven de sus padres hasta que lo hacen de sus hijos. Mejor hubiera sido tener un hijo que se casara con 'Menganita' de la familia de los 'Citanitos' con la que nunca podría llegar a ser feliz porque eso sólo lo saben ellos. Lo que fuera antes de tener un hijo homosexual. Dónde vamos a parar. Y después de dejar a su hijo y a su pareja con las maletas en la puerta y el corazón encogido, este matrimonio se apresuró para no llegar tarde a misa de siete y media.
sábado, junio 07, 2008
Martina ha empezado a ir al cole
sólo tiene cinco meses y martina ya va al cole.hemos tenido mucha suerte al encontrar 'el principito', una guardería en la que la cuidan y la quieren mucho. aun así no puedo evitar echarla de menos cada minuto de esas tres horas en las que ella juega, duerme y aprende con sus nuevos amiguitos.
martes, mayo 13, 2008
feliz san isidro
domingo, mayo 11, 2008
martes, abril 29, 2008
espinama, allá vamos
cada vez me gusta menos escribir así que cuando vuelva a trabajar creo que voy a volverme loca... pero todavía queda... primero tenemos que volver a espinama, ese pueblo que convertí en mi particular eurodisney cuando era pequeña. recuerdo como cada verano, cada puente, cada semana santa mis padres nos llevaban a las tres desde madrid para disfrutar como enanas. martina ya estuvo allí hace un mes y medio pero hacía tanto frío que apenas pudimos pasear. sólo un día subimos por la gatera para llegar a pido y volvimos a espinama por el zig-zag de aceras que han construido en la carretera. creo que le gustó mucho porque allí empezó a soltar sus primeras carcajadas frente a la chimenea. dentro de unos días volveremos. ojalá termine queriendo tanto a las montañas como yo... y ojalá allí me vuelvan a entras las ganas locas que siempre he tenido por escribir todo lo que estoy viviendo.
lunes, abril 28, 2008
Martina y Pablo
Ya han pasado dos meses desde el día que Martina empezó a cantar. Parece que fue ayer... PINCHA en el botón de PLAY!!!!!!!!!
domingo, marzo 23, 2008
jueves, marzo 06, 2008
martina, más que un nombre de bebé
mi amigo sergio (www.diariodecontextos. blogspot.com) me había prometido un post sobre el nombre de martina así que, como lo prometido es deuda, se puso a bucear en busca de tocayas de mi bebé. en un periquete escribió el siguiente texto y es que donde hay madera sobran las palabras y los minutos. además incluyo una imagen de martina leyendo su primer libro. dentro de nada se sentará delante del ordenador para leer el blog de su padre (www.sentadoesperandodeseando. blogspot.com) y el del tío sergio. este último escribió el siguiente texto sobre su nombre:
"Los nombres no nos pertenecen hasta que no entran a formar parte de nuestras vidas. Un día nuestro imaginario nominativo descubre una nueva aportación que se integra para siempre. Lo que nos resultaba extraño o ajeno se convierte en familiar, cercano y polisémico. Una sensación que cobra sentido cuando detrás del nombre está una persona –o personita- que merece toda nuestra atención. Así que, hoy en día, decir Martina lo es todo. A la cabeza se nos vienen imágenes de nuestra princesa en miniatura. Sus sonrisas, sus miradas de extrañeza, sus pinitos como intelectual, sus avances cómo música de la vida… Gracias a ella la nuestra lo es más. Nos regala momentos o instantes que quedan grabados más allá de cámaras, sino que llegan a nuestros corazones. Los mismos que de estar congelados pueden desenfriarse con las monadas de la niña icono que nos despierta y alienta al futuro.
Nuestra Martina es única e intransferible. Contar su historia, la del origen de su nombre no me pertenece, pero sí repasar la existencia de otras Martinas que refuerzan que este nombre no lo es a la ligera. Que tiene pesos o poses detrás y que, desde ahora, nos acompañará en nuestro álbum de cromos vitales.
Quién no conoce a la bella Martina Klein, una diosa de la moda, con carácter y sentido propio que ha sabido labrarse una carrera en la pasarella de la vida. La nuestra sabrá caminar con soltura, con o sin tacones vertiginosos en su horizonte.
Hay deportistas con nombre propio que responden a nuestro fetiche, como las tenistas Martina Hingis o su tocaya Navratilova. Ambas responden a un prototipo de mujer luchadora, energética y pisadora de estereotipos y elementos disciminatorios. Nuestra Martina ya en su lactancia demuestra ser una luchadora…
Algunos famosos saben que llamar a sus miniprincesas Martina es más que un buen augurio. Lo sabe el coreógrafo Poty o la actriz Melanie Olivares, que han martinizado sus vidas sin peligro de martirio.
Quizá por una subjetividad demasiado personal, una gran película como Piedras bautizó como Martina a la actriz María Casal, que construyó un personaje duro pero cargado de matices, sólo aptos para un nombre tan estimulante y exótico.
Más allá de personas o minipersonas con futuro sin escribir, hay anécdotas como saber que en Ibiza una cala recibe el nombre de nuestra protagonista. Hay existen marcas de ropa para jugadores de polo, amantes del lujerío, lo cual indica la escala social y de vida que puede alcanzar nuestra musa. Y hasta los juegos de ordenador y los anuncios de televisión optan por poner una Martina en sus guiones, sabedores del empuje sonoro y personalista de un nombre peculiar y casi desconocido.
Pero por mucho repaso anecdótico, siempre nos quedará una Martina, la nuestra. Nuestra musa. Sólo ella es capaz de alegrar nuestros corazones y dar más sentido a nuestras vidas de regaliz. Un regalo que tiene más que un nombre".
"Los nombres no nos pertenecen hasta que no entran a formar parte de nuestras vidas. Un día nuestro imaginario nominativo descubre una nueva aportación que se integra para siempre. Lo que nos resultaba extraño o ajeno se convierte en familiar, cercano y polisémico. Una sensación que cobra sentido cuando detrás del nombre está una persona –o personita- que merece toda nuestra atención. Así que, hoy en día, decir Martina lo es todo. A la cabeza se nos vienen imágenes de nuestra princesa en miniatura. Sus sonrisas, sus miradas de extrañeza, sus pinitos como intelectual, sus avances cómo música de la vida… Gracias a ella la nuestra lo es más. Nos regala momentos o instantes que quedan grabados más allá de cámaras, sino que llegan a nuestros corazones. Los mismos que de estar congelados pueden desenfriarse con las monadas de la niña icono que nos despierta y alienta al futuro.
Nuestra Martina es única e intransferible. Contar su historia, la del origen de su nombre no me pertenece, pero sí repasar la existencia de otras Martinas que refuerzan que este nombre no lo es a la ligera. Que tiene pesos o poses detrás y que, desde ahora, nos acompañará en nuestro álbum de cromos vitales.
Quién no conoce a la bella Martina Klein, una diosa de la moda, con carácter y sentido propio que ha sabido labrarse una carrera en la pasarella de la vida. La nuestra sabrá caminar con soltura, con o sin tacones vertiginosos en su horizonte.
Hay deportistas con nombre propio que responden a nuestro fetiche, como las tenistas Martina Hingis o su tocaya Navratilova. Ambas responden a un prototipo de mujer luchadora, energética y pisadora de estereotipos y elementos disciminatorios. Nuestra Martina ya en su lactancia demuestra ser una luchadora…
Algunos famosos saben que llamar a sus miniprincesas Martina es más que un buen augurio. Lo sabe el coreógrafo Poty o la actriz Melanie Olivares, que han martinizado sus vidas sin peligro de martirio.
Quizá por una subjetividad demasiado personal, una gran película como Piedras bautizó como Martina a la actriz María Casal, que construyó un personaje duro pero cargado de matices, sólo aptos para un nombre tan estimulante y exótico.
Más allá de personas o minipersonas con futuro sin escribir, hay anécdotas como saber que en Ibiza una cala recibe el nombre de nuestra protagonista. Hay existen marcas de ropa para jugadores de polo, amantes del lujerío, lo cual indica la escala social y de vida que puede alcanzar nuestra musa. Y hasta los juegos de ordenador y los anuncios de televisión optan por poner una Martina en sus guiones, sabedores del empuje sonoro y personalista de un nombre peculiar y casi desconocido.
Pero por mucho repaso anecdótico, siempre nos quedará una Martina, la nuestra. Nuestra musa. Sólo ella es capaz de alegrar nuestros corazones y dar más sentido a nuestras vidas de regaliz. Un regalo que tiene más que un nombre".
viernes, febrero 29, 2008
cuando antes era ahora
ayer le enseñamos a martina uno de esos parques de bolas en los que juegan los niños de hoy y le hablamos de los columpios de hierro oxidado que había cuando éramos pequeños y que hacían 'iiaa iiaa iiaa...'. eso ya es historia pero martina sabrá que esa época existió como que también hubo años en los que no había móviles, ni Internet, ni dvds, ni mp3, ni emule, ni tantos canales en la tele... le hablaremos de torrebruno, de parchís, de enrique y ana, de verano azul, de los rebaños de ovejas que volvían a sus cuadras solos por espinama, de las vacas de apio y cheli, de beethoven y de problema, de donald, daisy y moisesa... le contaremos que antes la moneda no se llamaba euro sino peseta y que cuando éramos pequeños la leche no se calentaba en microondas sino en un cazo, por no hablar de que antes los pañales eran de tela y no de usar y tirar y que para ir en el coche no había que ir con tantos cinturones y ataduras como tiene que ir ella. y a la pobre todas estas cosas les sonarán tan a chino como a mí la lista de los reyes godos y entonces me sentiré demasiado mayor...
martes, febrero 12, 2008
Dos meses
Martina cumple hoy dos meses y no quiero dejar pasar esta fecha sin dar las gracias a todos los que durante estos 60 días habéis estado cerca y os habéis preocupado por ella. Todavía no me he hecho a la idea de que este ser tan pequeñito es mío y de que algún día me llamará 'mamá'. La experiencia es fantástica y no puedo remediar tener la cámara en la mano cada cinco minutos para hacerle millones de fotos (os aseguro que sólo os mando una décima parte de las que tengo). A veces tengo la sensación de que está creciendo muy deprisa, que ya no es tan bebé con al principio... y esto no ha hecho más que empezar ¡sólo tiene dos meses y me parece que llevamos juntas toda una vida! Espero que en diciembre, cuando cumpla un añito, podamos estar todos juntos para ayudarle a soplar su primera vela.
Besos y gracias por estar ahí
miércoles, enero 23, 2008
mi mejor creación
por la noche, cuando todos y martina duermen, me tomo mi tiempo para poner orden en el desorden que invade mi casa a última hora del día y para leer qué ha ocurrido en el exterior (parece que vivo en fraggel rock...). hoy he disfrutado un poco más de esta aventura de ser mamá y es que los mofletes de mi bebé van creciendo al tiempo que aparecen sonrisas en su cara. y a estas horas en las que ella, pablo y rai han perdido el pulso de permanecer despiertos un minuto más, estoy esperando a que morfeo vuelva de cañas porque desde que se marchó esta mañana no he vuelto a saber de él. en esta tesitura me ha dado por leer varios de los blogs que ultimamente han llegado a mi vida mientras jugaba a la oca. es extraño que tanta gente quiera o queramos compartir lo que nos pasa por la cabeza con cualquier curioso que nos encuentre pero creo que es una de las mejores terapias para no salirse del camino de baldosas amarillas. gracias a todos los que escribís y os desnudáis por dentro, sobre todo a Ese y su 'diariodecontextos'. cada día sois más grandes. el cansancio no deja que mi creatividad salga a la luz y mi única manera de corresponder es mostrar, una vez más, mi mejor creación. ya tiene 1 mes y 11 días
lunes, enero 14, 2008
Adiós Ángel, hasta siempre
se ha ido para siempre y lo he hecho sin hacer ruido, de la misma forma que entró en mi vida. un día me sorprendí repitiendo unos versos que escuché en algún lugar en el que debí vender mi alma porque no recuerdo dónde fue. la cosa es que con el tiempo los hice míos, se los arrebaté a Ángel con la misma desfachatez que un ladrón roba el bolso a una anciana mientras pasea por la calle durante una agradable tarde de primavera. se los quité y los copié en mi cabeza hasta borrarlos del uso. ayer encendí la tele y ví que el gran gonzález se había ido para siempre. todavía no le había devuelto su poema y no consigo borrarlo de mi boca. se lo he recitado a martina y ha sonreido. es la magia de los dioses y desde los cielos, ángel seguirá escribiendo.
Me basta así
Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
—de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso—;
entonces, si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando —luego— callas…
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta).
Ángel González
Me basta así
Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
—de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso—;
entonces, si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando —luego— callas…
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta).
Ángel González
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