con el placer de las cosas bien hechas y con la alegría de descansar durante los próximos tres días, me he plantado en la madrugada del viernes. cuando me acuesto sin poner el despertador se apodera de mi una sensación de bienestar que, sin poder evitarlo, me abre los ojos a las ocho de la mañana. pero hoy estoy muy cansada. he tenido una semana muy dura. llena de decisiones y encuentros que he superado con un notable alto. me siento tranquila. me siento contenta. así que antes de dormir he decidido, como lo hizo mario benedetti, defender la alegría del escándalo y la rutina. de la miseria y los miserables. he decidido defender la alegría como un principio. de los neutrales y de los neutrones. de las dulces infamias y los graves diagnósticos. del rayo y la melancolía. de los ingenuos y de los canallas. de la retórica y los paros cardíacos. quiero defender la alegría como un destino. defenderla de las vacaciones y del agobio de la obligación de estar alegres. me esforzaré por defender la alegría como una certeza. del óxido y la roña. del relente y del oportunismo. de los proxenetas de la risa. he decidido defender la alegría como un derecho. de las mayúsculas y de la muerte. me dejaré la poca fuerza que tengo esta noche en apostar por la importancia de la alegría de las minúsculas. he decidido defenfer la alegría del paso del tiempo y recordar mi infancia. y mañana, será otro día.
gracias a todos los que desde niña siempre me hicisteis sonreir
gracias a benedetti por enseñarme tanto desde algún lugar
gracias pablo
viernes, abril 13, 2007
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