miércoles, febrero 25, 2009

'Palabras de honor' y diamantes

Como todos los años, la alfombra roja del Teatro Kodak volvió a convertirse en una pasarela de alta costura en la que ninguna invitada escatimó en detalles, a pesar de la crisis galopante que obliga a los americanos a contar hasta el último centavo. Pero ayer el brete económico se tomó un respiro y dejó que el glamour desfilara con los hombros al descubierto. Los escotes 'palabra de honor' -también llamados 'strapless' por los expertos en moda- se repitieron sin cesar, y los colores claros, sobre todo el blanco y el gris, predominaron frente a unas cuantas 'atrevidas' entre las que destacaron una fantástica Freida Pinto y una siempre elegante Natalie Portman, que optaron por el azul fuerte y rosa chicle, respectivamente.
Sin lugar a dudas, el vestido de Penélope Cruz fue de las mejores elecciones de la noche. La joven de Alcobendas demostró que se puede ser de barrio y tener estilo, y aunque nadie esperaba menos, volvió a dejar a los críticos con la boca abierta.
Para la ocasión eligió un vaporoso vestido color crema, 'vintage', con incrustaciones de pedrería diseñado hace sesenta años por Pierre Balmain. Como una auténtica princesa, la española lució al más estilo 'top' el diseño palabra de honor que bien podría haber elegido en su época Audrey Hepburn. La Cruz se cortó el flequillo, se hizo un moño y con joyas de diamantes de Chopard valoradas en casi tres millones de dólares subió a recoger su Oscar.
Sin llegar a la elegancia de nuestra 'Pe', también fueron afortunadas con su elección Anne Hathaway -que desfiló un vestido de Armani de color champán, con los hombros al descubierto y silueta de sirena-, Taraji P. Henson y Sarah Jessica Parker que optaron por el blanco reluciente al más estilo novia. Kate Winslet se presentó en un estilo retro que acompañó con un peinado hacia atrás que le hacía parecer mayor, aunque su vestido de seda asimétrico de Yves Saint Laurent fue una elección «original» para la revista 'People' y «muy elegante» para MTV.
Pacto con el tiempo
A quienes el tiempo no parece hacerles mella es a Sophia Loren y a Meryl Streep. La italiana eligió el color dorado y una gargantilla, mientras que la de Nueva Jersey se decantó por un traje tan sofisticado como elegante en verde oliva de Alberta Ferretti, con los hombros al descubierto y una tela drapeada. Marisa Tomei llegó con un vestido lleno de pliegues tipo abanico y una gran cola que no contó con el visto bueno de la crítica, que la calificó como una de las estrellas más extravagantes de la gala, aunque la palma se la llevó la cantante Beyoncé Knowles, que parecía envuelta en papel de regalo con su vestido de flores doradas.
Pero si alguien dio la nota, ese fue Mickey Rourke, que decidió cortar con la tradición del traje negro y se disfrazó de 'dios sabe qué'. Quien optó por el clásico negro de arriba a abajo fue un concienciado Sean Penn, aunque las camisas blancas y las pajaritas o corbatas oscuras se repitieron sin descanso. El negro fue la elección de Angelina Jolie y Brad Pitt, la pareja más esperada de la noche. El único toque de color lo puso la actriz protagonista de 'El intercambio' con unos pendientes verdes y un anillo del mismo color de Lorraine Schwartz.
Los collares también fueron tendencia en la ceremonia, entre los que destacaron los diseñados por Fred Leighton que utilizaron Amy Adams y Taraji P. Henson.

Sin miedo y con poca vergüenza

Estoy que me subo por las paredes de la rabia, el cabreo y la impotencia. No entiendo qué le está pasando a la gente, sobre todo a los jóvenes y a muchos padres. Reconozco que la desaparición de Marta del Castillo me estremeció pero ir conociendo cómo sucedió todo me corta hasta la respiración. La mataron sus propios amigos, que lejos de tener miedo o arrepentirse han posado delante de las cámaras haciéndose los afectados y ayudando en la búsqueda. Incluso uno, el famoso Samuel, acompañó al padre de Marta a poner una denuncia de su desaparición. ¿Pero dónde vamos a llegar? ¿Qué estamos haciendo mal? Y hablo en plural porque de alguna manera todos somos responsables de lo que ocurre.
Pero el trágico tema cobra todavía más sinsentido cuando aparece la novia del asesino de Marta y su madre diciendo que el chaval en cuestión vivía con ellas. ¡La niña sólo tiene catorce años y ya vive con su novio!
Poco después nos enteramos que una pareja de británicos acaban de ser padres con sólo trece y quince años. Lo peor es que ahora otros dos niños dicen que son los padres de la criatura que acaba de nacer y la madre, repito de sólo quince años, reconoce que durante el tiempo que se quedó embarazada mantuvo relaciones sexuales sin utilizar ningún método anticonceptivo hasta con ocho chicos distintos.
De verdad que todo esto me supera. Ni las películas que ponen en las sobremesas de los fines de semana tienen guiones tan rocambolescos. Pero al tiempo que no consigo pasar las páginas del periódico sin quitarme de las manos de la cabeza, me invade una angustia horrible al pensar que hay algo que se está haciendo mal y que avanza devastando los valores y la inocencia de los más jóvenes. Ojalá se haga justicia en el caso de Marta del Castillo y quien sea tome nota para que no vuelva a ocurrir algo así.